La saga de Techland sigue viva con Dying Light: The Beast, una entrega que ya ha pasado por las manos de críticos y jugadores, generando una oleada de comentarios que mezclan entusiasmo con algunas reservas.
Un mundo más pequeño, pero mejor diseñado
Uno de los aspectos más destacados es el nuevo mapa, Castor Woods. A diferencia de los enormes escenarios de Dying Light 2, esta vez el estudio apostó por un entorno más concentrado, donde cada zona cuenta. Según quienes lo han jugado, el resultado es un mundo abierto más inmersivo y atmosférico, cargado de tensión en cada esquina.
Parkour refinado y el modo “Beast”
El movimiento ágil y fluido regresa con más fuerza. Saltar, trepar o deslizarse se siente más natural que nunca. A esto se suma el nuevo modo Beast, que convierte al jugador en una auténtica máquina de combate por tiempo limitado. Aunque no es un poder constante, los que lo probaron afirman que añade un toque de brutalidad y espectacularidad que refresca el combate.
Las noches vuelven a ser aterradoras
Si algo ha convencido a casi todos es la experiencia nocturna. La oscuridad en The Beast no es solo un cambio visual: transforma por completo el ritmo de juego. La tensión aumenta con enemigos más agresivos, ruidos inquietantes y una atmósfera que recuerda a los mejores momentos de terror de la saga original.
Lo que genera dudas
A pesar de sus puntos fuertes, el juego no está exento de críticas. Varios jugadores señalan que la historia principal no logra mantener un ritmo constante, con personajes poco memorables y un guion que a veces cae en lo predecible. También se mencionan misiones algo repetitivas, que pueden restar frescura a la experiencia general.
En el apartado técnico, aunque el rendimiento es sólido en la mayoría de PCs y consolas, algunos usuarios han reportado texturas poco pulidas en interiores y caídas puntuales en la tasa de cuadros. No son problemas graves, pero sí detalles que rompen la inmersión en ciertos momentos.
Recepción inicial
En plataformas como Steam, la recepción es muy positiva. Los jugadores valoran especialmente la ambientación, el diseño del mapa y el regreso de esa sensación de peligro constante que había quedado diluida en la entrega anterior. Para muchos, The Beast recupera la esencia de lo que hizo grande a la saga.
